Virólogos en China negaron hoy un resurgimiento de la variante Delta o de la cepa original de coronavirus SARS-CoV-2, ante la creciente preocupación pública por casos de Covid-19 con parches blancos llamados «vidrio esmerilado».
Xu Wenbo, directivo del Centro nacional de Control y Prevención de Enfermedades, aseguró que el monitoreo real de la enfermedad evidencia la circulación de siete submutaciones de la variante Ómicron, con predominio de la BA.5.2 y la B.7 en lugares como Beijing.
Según el diario Global Times, a juicio de otros colegas en internet hay un mal uso del término “pulmones blancos” por parte de muchos pacientes, con síntomas no tan severos de Covid-19.
Jiao Yahui, de la Comisión Nacional de Salud, precisó que el fenómeno es una manifestación seria de neumonía y emerge cuando cubre entre 70 y 80 por ciento de dichos órganos, tras hablar de una baja proporción de esos casos actualmente.
Mientras, la plataforma médica Yixuejie notificó de entre 13 y 32 por ciento de enfermos de Covid-19 con ese tipo de lesiones pulmonares.
No obstante, Jiao urgió la búsqueda inmediata de asistencia médica a quienes experimenten dificultades para respirar, en especial los ancianos, o si nivel de oxígeno en la sangre marca un 93 por ciento de saturación.
China enfrenta el peor rebrote de Covid-19 desde 2020 en Wuhan con millones de infectados cada día y una cifra también elevada de fallecidos, que mantienen sobresaturados los servicios en los hospitales, funerarias y crematorios.
Por ejemplo, Beijing confirmó que continúa con un alza de pacientes en estado crítico, en su mayoría son ancianos y la situación obligó a multiplicar esfuerzos para ampliar la atención en las instituciones de salud y a convocar a trabajadores del sector estatal a donar sangre.
Sus autoridades exigieron a los sanatorios incrementar las reservas de medicamentos, equipos y el personal de las salas de cuidados intensivos, tratar de forma expedita a los enfermos graves y no demorar la atención por falta de resultados de pruebas PCR o de antígenos.
A nivel comunitario, la capital instruyó hacer un censo de los adultos mayores con otras patologías complejas y entregarles oxímetros de pulso para mantener la vigilancia sobre los niveles de saturación de oxígeno en sangre.
Este mes China revolucionó el mecanismo sanitario, desmontó muchas medidas y simplificó otras en función de garantizar el crecimiento socioeconómico y erradicar prácticas polémicas que causaron malestar en la población y destaparon protestas sin precedentes en noviembre.
Pero al mismo tiempo sufre un resurgimiento violento de la Covid-19, que expertos atribuyen a la continua mutación del SARS-CoV-2, la llegada del invierno y la caída de la respuesta inmune en las personas vacunadas.
Recientemente trascendió que solo en los primeros 20 días de diciembre hubo 250 millones de infectados, o sea el 18 por ciento de la población, los pronósticos hablan de tres oleadas hasta mediados de marzo y auguran hasta dos millones de muertes.
