El gobierno de la Ciudad de México, representado por Martí Batres Guadarrama, en colaboración con los directivos del IMSS, Zoé Robledo Aburto, y del IMSS-BIENESTAR, Alejandro Calderón Alipi, anunció en una conferencia de prensa la basificación de 4,877 trabajadores eventuales. Este movimiento se presenta como una medida destinada a fortalecer los servicios de salud y brindar estabilidad laboral en el ámbito de la salud pública.
A pesar de este anuncio, el programa de basificación del IMSS-Bienestar enfrenta desafíos significativos. Aunque se proyectó basificar a 37,140 trabajadores para finales de marzo, hasta el 4 de abril solo se había completado este proceso para 18,727 trabajadores en 13 de los 23 estados que firmaron convenio con el IMSS-Bienestar. Esta discrepancia ha generado inquietudes entre los trabajadores sindicalizados, quienes expresan preocupación por el posible impacto en sus prestaciones.
Uno de los principales problemas identificados es la falta de reconocimiento de la antigüedad de los trabajadores, lo que podría afectar sus futuras jubilaciones y pensiones. Además, el cambio de patrón podría implicar la pérdida de beneficios adquiridos por parte de los empleados sindicalizados. Según el experto en políticas anticorrupción Miguel Manrique, existe una percepción de que las prestaciones ofrecidas por el IMSS-Bienestar podrían no ser equiparables a las existentes en los sindicatos actuales, lo que podría complicar la transición para algunos trabajadores.
A pesar de estos desafíos, el IMSS-Bienestar continúa avanzando en su objetivo de universalizar los servicios de salud y elevar los estándares de atención. Alejandro Calderón Alipi anunció que se integrarán 12,535 trabajadores a los estados adheridos a los servicios de salud para el Bienestar, incluyendo médicos generales, especialistas y otros profesionales de la salud. Este esfuerzo se enmarca en el Modelo de Atención a la Salud (MAS) Bienestar, diseñado para optimizar la atención en hospitales de segundo y tercer nivel.
