La farmacéutica Roche ha subrayado la importancia de incluir a la población mexicana en la investigación clínica, destacando que las variaciones genéticas de diferentes comunidades pueden ser médicamente relevantes y cruciales para determinar cómo responden los pacientes a distintos tratamientos. Estas variaciones desempeñan un papel central en la medicina personalizada, permitiendo a los profesionales de la salud identificar qué pacientes se beneficiarán más de tratamientos específicos.
Para alcanzar esta meta, es esencial disponer de una gran cantidad de datos clínicos y genómicos diversos. Actualmente, muchos de estos datos provienen principalmente de poblaciones europeas, lo que limita la capacidad de asociar variantes genéticas diversas con el proceso de la enfermedad. La inclusión de datos de poblaciones no europeas es crucial para lograr equidad en salud y entender mejor las variaciones genéticas entre individuos de diferentes ascendencias.
Roche está comprometida en cerrar estas brechas de información ampliando la diversidad de pacientes en sus estudios clínicos. En México, la compañía está llevando a cabo 64 estudios clínicos en diversos centros de investigación a lo largo del país.
“Buscamos que la investigación que realizamos sea inclusiva, eso significa que podremos tener un ensayo mucho más robusto y diverso, ya que buscamos contar con la representación de distintas poblaciones, géneros, origen étnico, entre otros factores”, afirmó Daniele Galbiatti, directora de Investigación Clínica en Roche México.
A nivel global, Roche invirtió 13,237 millones de francos suizos (14,573 millones de dólares) en investigación y desarrollo el año pasado. Para este año, la inversión proyectada en investigación clínica en México es de 345 millones de pesos, siempre y cuando las condiciones regulatorias sean óptimas.
“México empieza a destacar como una potencia en investigación clínica. Prueba de ello es que el año pasado comenzamos el primer estudio clínico internacional Fase I para cáncer de pulmón, lo que coloca a México hombro con hombro con los grandes hubs de investigación clínica como Reino Unido y España”, añadió Galbiatti.
El hecho de que México sea candidato para llevar a cabo un estudio clínico fase I demuestra que sus investigadores poseen la capacidad técnica y la experiencia científica necesarias, además de contar con la infraestructura requerida para realizar estos estudios. Esto no solo proporciona respuestas a retos prioritarios de salud y reduce la carga de enfermedades y mortalidad, sino que también ofrece a los investigadores mexicanos la oportunidad de participar en el desarrollo temprano de medicamentos. Para Roche, esto representa una oportunidad para generar mayor conocimiento y datos locales, beneficiando tanto a la comunidad científica como a los pacientes mexicanos.
