En los nueve meses desde que asumió el cargo de CEO en Bayer, Bill Anderson ha delineado sus prioridades para el conglomerado alemán en los próximos años, y estas no incluyen una división inmediata del negocio como muchos inversores habían esperado.
Durante un día de inversores el martes, Anderson presentó cuatro desafíos que planea abordar en los próximos dos o tres años en Bayer: una débil cartera de productos farmacéuticos, litigios en Estados Unidos, altos niveles de deuda y burocracia.
En cuanto a la separación de las divisiones farmacéutica y de salud del consumidor de la agricultura, Bayer ha decidido no llevar a cabo esta acción en el presente. Sin embargo, Anderson advierte que esta decisión no debe interpretarse como una negación absoluta de la posibilidad en el futuro. En otras palabras, aunque la separación no está en los planes inmediatos de Bayer, la opción sigue sobre la mesa y podría considerarse en algún momento posterior.
Anderson está adoptando esta nueva estrategia debido a las opciones limitadas que tiene Bayer, y el objetivo es mejorar el rendimiento de la empresa para crear «flexibilidad estratégica» para posibles movimientos más ambiciosos en el futuro.
El plan de Anderson es tanto decepcionante como tranquilizador para los inversores. Podrían estar decepcionados porque, a pesar de años de llamados a la separación, Bayer permanecerá intacta por lo menos otros dos años. Sin embargo, Anderson afirmó que la separación sigue siendo una opción a la que está dispuesto a recurrir una vez que Bayer obtenga esa «flexibilidad estratégica».
Anderson explicó que, si bien la venta de la división de salud del consumidor podría proporcionar a Bayer cierta cantidad de efectivo para abordar sus deudas, esta acción conllevaría pérdidas fiscales significativas. Además, la compañía se vería privada de un negocio que ha demostrado generar un flujo de efectivo confiable de manera constante. Aunque la venta podría resolver problemas financieros inmediatos, también tendría repercusiones importantes a largo plazo en la situación financiera y operativa de Bayer.
Además, una separación de negocios no abordaría los problemas legales de Bayer relacionados con su herbicida Roundup y los bifenilos policlorados, ni el problema de patentes en la industria farmacéutica.
Los dos medicamentos más vendidos de Bayer, Xarelto y Eylea, están perdiendo protección de patente fuera de Estados Unidos hasta alrededor de 2026. Es por eso que Bayer está lanzando un esfuerzo completo para rejuvenecer su cartera farmacéutica.
Bayer espera generar ventas de 47 mil millones a 49 mil millones de euros en 2024, con una disminución prevista del 4% o mantenerse estable en el sector farmacéutico y un crecimiento del 3% al 6% en salud del consumidor.
Para abordar los desafíos internos, Bayer está trabajando en reducir la burocracia y los niveles jerárquicos excesivos, lo que permitirá una mayor agilidad y eficiencia dentro de la empresa.
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