La Inteligencia Artificial (IA) ha encontrado cabida en la mayoría de los sectores industriales y económicos[1] y, desde luego, el del cuidado de la salud y producción de medicinas no podría ser ajeno. Solo como referencia, en EE. UU. se encontró que, de 900 tipos de trabajos, el 26% de los relacionados con la prevención contra enfermedades, está relacionado con la IA y el aprendizaje automático (el de mayor proporción es el trabajo de oficina y apoyo administrativo, con 46%).
Desde luego, hay distintas vertientes de la industria farmacéutica y del cuidado de la salud y, por mencionar un caso, podemos hablar del de la producción de medicinas como uno relevante, ya que la ciencia ha encontrado que la IA puede innovar la generación de fármacos mediante la clasificación de moléculas y biomarcadores (substancias que se usan para precisar el diseño de tratamientos) para encontrar el medicamento adecuado para determinada enfermedad.
Ya en el año 2020, laboratorios de Gran Bretaña[2] y Japón[3] presentaron por primera vez un fármaco diseñado por la IA para probarse en humanos; demostraron que, lo que normalmente tarda alrededor de cinco años en diseñarse, gracias a los sistemas informáticos el proceso se reduce un año. Como ejemplo, se ha producido un medicamento para la fibrosis pulmonar y un anticuerpo, en ambos casos, con el uso de la IA.
El impulso que está proporcionando este avance tecnológico igualmente se reflejará en el sector de descubrimiento de fármacos, cuyos ingresos en 2022 se estimaron en 600 millones de dólares, y se pronostica que alcanzará los 4,000 millones para el 2027, creciendo a una CAGR del 45.7 % en ese lapso de cinco años. Aunque cabe señalar que, debido a la falta de especialistas en IA, a las pautas regulatorias ambiguas y a la falta de datos, se limitará su crecimiento.
De acuerdo con analistas[4], la IA se está aplicando mayormente en el descubrimiento de curas contra enfermedades neurodegenerativas, cardiovasculares, metabólicas e inmunooncología. Cabe mencionar que en donde se avanza más rápido es en las neurodegenerativas. Se confía en que la IA contribuirá a descubrir medicamentos y tratamientos más efectivos de lo normal.
Podemos añadir que los nuevos adelantos científicos se están presentando en un entorno caracterizado por sus altos costos, ineficiencias y fallas[5]; hay cifras que indican que, entre los años 2010 y 2015, el 86% de los candidatos a fármacos no cumplieron con los criterios de valoración establecidos, pero aun ante esta evidencia de necesidad de mejora ha costado trabajo justificar el uso de la IA, junto con el aprendizaje automático, para producir medicamentos.
De todas formas, sigue habiendo avances, y quizá valga la pena destacar aquellos que se están presentando en el campo de las “enfermedades olvidadas”. Por ejemplo, el Instituto de Medicamentos[6], ubicado en Ginebra, Suiza, está utilizando el aprendizaje automático para producir medicinas para las dolencias como la enfermedad de Chagas y el dengue.
Igualmente, están aplicando la IA para guiar un proceso de reutilización de medicamentos como parte de sus esfuerzos globales pendientes por desarrollar terapias para las enfermedades desatendidas, aprovechando la velocidad que ofrece tal tecnología; además, es utilizada en el apoyo a los científicos a generar hipótesis y para comprobarlas más rápidamente.
Así es como los especialistas en el cuidado de la salud avanzan al tiempo que presentan nuevas propuestas en beneficio de los pacientes, de la industria y del mercado farmacéutico. Algunas de estas propuestas se presentarán en la próxima Expo Fac, donde participarán profesionales dedicados al bienestar y a las tendencias que se están presentando en el sector farmacéutico.
[1] https://n9.cl/v8aw4
[2] https://www.exscientia.ai/
[3] https://www.sumitomo-pharma.com/
[4] https://n9.cl/6okay
[5] https://n9.cl/mlkfs
[6] https://dndi.org/
